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lunes, 2 de mayo de 2016

Mi domingo accidentado.

Ayer no les escribí como siempre. Pero es que los domingos son de mi mamá. Ese día comparto mucho con ella. Pienso que todas tenemos tener días así con nuestras madres. Igualmente los chicos con sus padres y madres. Todos debemos darle tiempo a nuestros seres queridos. Y eso hice.

Ayer es que fue un día sumamente difícil. Les cuento.

Mi mañana comenzó un poco ajorada porque mis niños de catecismo hacían su primera comunión. Luego les contaré qué lucí para un día tan especial como ese. Cuando llegué a la iglesia entre corre y corre no podía creer que había llegado temprano y encontrado estacionamiento. Mi felicidad fue breve.

* ¿Por qué?

Recordé que se me olvidaron los vasos. Sí. Los vasos plásticos que me habían encargado para el pequeño compartir luego de la primera comunión. Pues tuve que salir corriendo a Walgreen's y gracias a Dios todo salió perfecto. Saben que en mi casa tengo 100 vasos plásticos para lo que sea.
 
* Emocionante ¿Verdad?
 
No les diré cuánto gasté porque el impacto fue doble pero así fue. Todo se logró gracias a Dios.

Cuando fuimos a salir de la Parroquia cayó un fuerte aguacero horroroso. Nos mojamos levemente pero es mayo y su primera llovizna. Salimos hacia mi casa para cambiarnos de ropa y cuando llegamos no había luz. Si escribía desde mi celular iba a  gastar mucha batería que puedo utilizar en la carretera de suceder una emergencia. Por lo tanto no escribí. Sólo les coloqué una foto con mis deseos para ese domingo 1ro de mayo.

Llegué a Plaza Las Américas para buscar unos zapatos y aprovechar unos descuentos. Pero primero llevo a mi madre a comer.
 
* ¿Qué sucedió?

Por supuesto. De todos los días se me cae la botella de agua y vaso de hielo de la bandeja. Claro que toooodoooo el que allí estuvo me miró. Cerré los ojos. Me enojé. Medité brevemente. Llevé la bandeja a la mesa. Coloqué las cosas y le pedí a uno de los meseros que por favor me ayudara a limpiar el área. Tampoco quería que alguien se cayera. Acto seguido le dañé a mi mamá el cargador de su teléfono celular. Sin contar lo demás que sucedió...

Evidentemente el día no estuvo propio para escribirles.
 
Hoy, con calma y paciencia, prometo contarles cómo me vestí para ambas ocasiones. Así lo haré a través de hoy y mañana. Bueno, hasta orita. Xoxo. B.

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